El pasado 18 de mayo de 2021 fue noticia de impacto internacional la muerte del guerrillero colombiano Jesús Santrich, líder de las disidencias de las FARC.
Lo característico de esta información fue la variedad de versiones que surgieron al respecto, incluso a una semana del acontecimiento, se siguieron aportando datos sin que sean corroborados por alguna de las autoridades de los dos países involucrados.
Con este marco tan amplio, circuló por la red WhatsApp la imagen de un hombre muerto que llevó a pensar a los usuarios que se trataba del disidente colombiano, por lo que hicieron referencias a la misma, aunque otros dudando de la identidad escribieron: “se parece al perro calentero de la esquina”.

El insumo hizo que el Observatorio Venezolano de Fake News iniciara la investigación de la imagen, por las implicaciones de circular una unidad informativa sin un debido contexto.
Primera verificación
Utilizando la herramienta Google imágenes, en búsqueda inversa se ubicó que la foto enviada corresponde a Raúl Reyes, también guerrillero asesinado, pero el hecho ocurrió en Ecuador en marzo del año 2008.
La leyenda de la foto publicada explica que es, “la imagen del cuerpo sin vida del guerrillero de las FARC en Puerto Asís, en el sureño departamento colombiano de Putumayo”, con crédito de la agencia AP.

Además de la publicación en páginas web, la búsqueda también arrojó la publicación de la foto en redes sociales asegurando que se trata de Raúl Reyes, como lo hizo un Oficial del Ejército de Colombia, profesional en Ciencias Militares, @MayorDavid_EJC, en recordatorio al hecho.
Entonces es que la foto resulta engañosa, pues, aunque en la red primaria que circuló, WhatsApp, los usuarios no hicieron comentarios directos sobre el caso de Jesús Santrich, se presta a confusión por ser la noticia del momento y los comentarios que se generaron, convirtiendo la unidad en una fake news.
En la diversidad crece la confusión
Las noticias con variedad de versiones por su complicada naturaleza política, económica o social, son caldo de cultivo para que se generen informaciones al margen, algunas con objetivos claros de desinformación pero también otras por confusión, más aun cuando no surge prontamente una respuesta oficial al hecho.
Para indagar sobre la existencia real de una fotografía actual, desde el OVFN recurrimos a diversas páginas informativas digitales tanto de Venezuela como de Colombia, e hicimos una revisión de redes sociales de las primeras autoridades de cada país, verificando que todas las imágenes publicadas son en vida.
El Ministro de Defensa de Colombia, Diego Molano Aponte, hizo uno de los primeros pronunciamientos con una versión que indica que el hecho ocurrió en Venezuela, en medio de un enfrentamiento entre bandas, pero advirtió que se esperaba verificación.
A esta información siguió la de las propias disidencias FARC, que daban cuenta de la muerte del guerrillero, señalando “una emboscada ejecutada por comandos del Ejército de Colombia”, pero aclarando también que, “el gobierno de Iván Duque sigue sin confirmar la noticia”.
Seguidamente diversos medios confirmaban la noticia, pero ninguno con evidencias del lugar, el modus operandi, ni una imagen actualizada.
La revista colombiana Semana en su versión digital, informó que Jesús Santrich, habría muerto en un operativo desarrollado el lunes 17 de mayo en territorio venezolano, en inmediaciones de la Serranía del Perijá, una zona cercana a la frontera entre Colombia y Venezuela, pero igualmente señala que las hipótesis son variadas, y solo presenta un mapa del supuesto lugar.

El periódico El Nacional en Venezuela, se hizo eco de la información publicada por el diario El Tiempo que se enfocó en las posibles razones del asesinato, y hace la acotación que “hasta el momento, las autoridades venezolanas no han fijado posición sobre lo ocurrido”.
Pero también en algunos resúmenes de noticias, hubo referencias a que el enfrentamiento habría sido en pleno centro de Caracas, asegurando que el disidente había sido visto por última vez en el 23 de enero, en donde residen defensores y militantes del chavismo y de las milicias. Medios internacionales como CNN aseguraron haber solicitado información a autoridades venezolanas, el Ministerio de Defensa, el Palacio de Miraflores y la Fiscalía General de la República pero no obtuvieron respuesta.
Opacidad como estrategia
En este entorno de una información de trascendencia, en la que todas las versiones han sido extraoficiales y en proceso de verificación, se demuestra la importancia de que existan fuentes formales que frenen no solo las posibles interpretaciones, sino que generen confianza en la población, sobre todo cuando se trata de temas de seguridad en ambientes vulnerables.
Al respecto, el OVFN consultó al presidente del Colegio de Internacionalistas de Venezuela, Juan Francisco Contreras, @jfcontreras1, quien sostuvo que la opacidad es un denominador común de los regímenes totalitarios, pues permite escribir historias que le sean útiles.
“En el caso de Santrich, es una historia muy rara porque hay al menos tres versiones, pero ninguna sólida o consistente, y tratándose de un delincuente de sus características, es responsabilidad del gobierno venezolano esclarecer los hechos porque se asegura que ocurrió en su territorio, y por tanto debe ofrecer una información oficial de lo que ocurrió”.
Advirtió, que la falta de transparencia alimenta el mundo de las hipótesis, los supuestos y de allí fácilmente se pasa a la desinformación. En este caso, además, el internacionalista afirma que la opacidad en la frontera es dañina para Venezuela y la imagen como país.
¿Qué resulta de esta unidad?
La foto es engañosa y catalogada por el OVFN como fake news por carecer de un contexto que explicara su origen para que los usuarios opinaran acertadamente sobre la misma.
Es una información que no aporta a las noticias de interés que circulan sobre el personaje, sino que por el contrario dio pie para generar cualquier tipo de opinión, incluso de chanza como sucedió, aun cuando se trataba de la imagen real de una persona fallecida, lo que deshumaniza la situación.
Esto ratifica que los hechos noticiosos pueden ser utilizados para descontextualizar otros, desinformar, confundir o en todo caso no aportar valores informativos como veracidad, historia, credibilidad, siendo lo fundamental de cualquier medio o red de información formar criterios en base a hechos reales.