El 8 de febrero de 2021 un medio digital venezolano tituló: “Una mujer en Virginia murió horas después de recibir la vacuna contra el Covid-19”. El titular y el texto de la nota fue una traducción libre, como se indica luego del sumario, de una noticia publicada originalmente en inglés en el medio estadounidense Fox. Al revisar la nota original el 20 de abril de 2021, el titular completo de Fox es este: “Mujer de Virginia muere horas después de recibir la vacuna COVID-19, investigan funcionarios de salud”.
Es posible que Fox haya modificado su titular para añadir la no desdeñable acotación tras la coma, de que funcionarios de salud investigan la causa de la muerte de la mujer. Sin embargo, en el medio nacional que republicó la nota con su traducción libre, el titular sigue siendo el primero.
El ejemplo elegido para comenzar este artículo es, lamentablemente, uno entre muchos. Medios de comunicación han reseñado los efectos secundarios que han tenido algunas vacunas contra la COVID-19 de forma sensacionalista y poco ética. La ética periodística, corresponde recordarlo, tiene sus orígenes en el “credo del periodista” elaborado por Benjamín Harris y publicado en el Publick Ocurrences de Boston en 1690.
En ese “credo”, Harris escribe sobre la importancia de que ese medio -censurado cuatro días después de su primera y única edición- contribuya a que “la gente de todo el mundo pueda comprender mejor las circunstancias de los asuntos públicos”, así como aportar hacia “la curación” de “ese espíritu de mentira que prevalece entre nosotros”, recurriendo para ello a “las mejores fuentes para nuestra información”.
Aunque la ética periodista ha cambiado en más de tres siglos, los principios básicos se siguen pareciendo a lo que planteaba Harris: apego a la verdad, exactitud en lo que se informa y contextualización para contribuir a una mejor comprensión de los hechos noticiosos. El editor de Publick Ocurrences también señalaba, al final de su credo, que cuando apareciera algún error material en su impreso, se corregiría en la próxima edición.
¿Cómo informar sobre efectos adversos de las vacunas?
Los periodistas, además de ética, deben tener responsabilidad social. Superado está el debate sobre si el periodismo debe ser objetivo o no. La labor del periodista implica no solo contar los hechos noticiosos con honestidad y contextualización, sino que la selección de esos hechos –la construcción de agendas mediáticas- debe responder a las necesidades de la sociedad. El periodismo no solo sirve para informar, sino también para aportar información relevante para la opinión pública en tanto que versa sobre asuntos que son de interés colectivo.
Cuando se informa sobre asuntos vitales para la sociedad que puedan causar dudas, rechazo o pánico, el periodista tiene la responsabilidad social de contar los hechos noticiosos completos desde el titular, y no con medias verdades. La vacunación contra la COVID-19 es uno de esos asuntos que hoy resulta vital para el mundo.
Presentamos otro ejemplo. El 11 de marzo de este año, el medio digital mexicano Animal Político tituló “Muere mujer tras recibir dosis de Sinovac en Hidalgo; no hay evidencia de que fuera por vacuna”. Al día siguiente, un medio de comunicación colombiano publicó la misma noticia, pero con este titular: “Una mujer falleció minutos después de recibir la vacuna de Sinovac contra el coronavirus en México”. Luego, pero en el sumario, agregaba: “Por ahora no se ha establecido cuál fue la causa de la muerte de la adulta mayor de 75 años, pero se sabe que tenía una enfermedad cardiaca crónica”.
El primer ejemplo se apega a esa responsabilidad social que señalamos. Aunque el titular resulta más largo de lo habitual, cuenta la esencia del hecho de forma completa. Si recordamos el ejemplo puesto al inicio de este artículo, veremos que el agregado después de la coma en el titular de Fox cumple el mismo propósito: contar la verdad completa. Los medios que replicaron ambas informaciones en Venezuela y Colombia, cuyos titulares citamos, dicen en cambio medias verdades.
Además de tener ética y responsabilidad social, los periodistas deben profundizar en los temas de mayor interés para la sociedad y sobre los que hay dudas, bien sea por la falta de suficientes evidencias, por su novedad o porque generan opiniones polarizadas. El periodismo de verificación o fact-checking cumple un rol fundamental en esta tarea.
Referencias
-Harris, B. (1690). Public Occurrendes Both Foreing and Domestic. (25 de septiembre). Boston, Estados Unidos