Cuando se inició la cuarentena nacional por COVID-19 en Venezuela, el 16 de marzo de 2020, las oficinas de los medios de comunicación social se quedaron vacías. Las coberturas periodísticas diarias en los sitios donde acontecían los hechos noticiosos dejaron de hacerse. Las cabinas de radio y los estudios de televisión también dejaron de ocuparse. La presencia del coronavirus SARS-CoV-2 obligó a la ausencia de trabajadores de la prensa en sus lugares habituales.
Esta situación, que se repitió en todo el mundo, no implicó la paralización del periodismo, oficio indispensable ante la incertidumbre reinante por el enemigo viral y vacuna insustituible contra la infodemia, cuya expansión fue tan veloz como el contagio de la enfermedad. En este artículo, el Observatorio Venezolano de Fake News da cuenta de algunos de los cambios en las rutinas periodísticas de medios venezolanos, que implicaron desafíos pero también oportunidades antes desconocidos.
De “patear la calle” a la cobertura digital
Durante los primeros tres meses de pandemia en Venezuela la orden en todos los medios fue la misma: evitar la cobertura en la calle y tratar de hacer todo el trabajo desde casa. Para los reporteros de diarismo fue todo un reto. Aunque no se registraban protestas en las calles al comienzo de la cuarentena, ciudadanos reportaban situaciones irregulares o denuncias a través de redes sociales o chats de mensajería instantánea. Esta práctica constituyó la forma de sustituir la cobertura in situ por la digital.
Lorena Bornacelly, corresponsal del medio digital audiovisual Venezolanos por la Información (VPItv), tuvo que empezar a grabar sus reportes en video desde casa, con las constantes interrupciones que hacía su pequeña hija que apenas aprendía a caminar.
“Mi rutina de cobertura cambió por completo. Yo trabajo para dos medios de comunicación, pero uno de ellos es digital y se caracteriza por estar siempre en vivo. Antes de esta contingencia no me podía imaginar el canal sin que los reporteros estuviésemos en la calle, pero nos tocó reinventarnos y solventar”, dijo al medio regional del Táchira Diario La Nación.
Otros periodistas ampliaron durante la cuarentena su lista de fuentes en WhatsApp y otras plataformas de mensajería instantánea, así como ingresaron a grupos de chat de comunidades donde reportaban hechos noticiosos que allí ocurrían. La consulta a fuentes a través de llamadas telefónicas y/o mensajería instantánea también sustituyó la entrevista presencial. La asistencia a ruedas de prensa, foros y presentaciones virtuales, mediante plataformas como Zoom, Google Meet o las transmisiones en directo por Facebook, Instagram o YouTube, comenzaron a ser las nuevas pautas del diarismo.
Teletrabajo: dificultades y oportunidades
En cuanto a la modalidad de trabajo desde casa que impuso la pandemia, algunos periodistas señalan que la falta de horarios que sí cumplían en sus oficinas les afecta porque sus jefes, o ellos mismos, no los establecen para el teletrabajo.
Sammy Paola Martínez, periodista de El Pitazo en Caracas, cuenta que le ha costado establecer horarios desde que trabaja en casa. “El tema de estar conectados siempre me ha afectado desde el humor hasta los horarios de la comida. Cuando íbamos a la oficina, yo entraba a las 10:00 am y me iba a las 6:00 pm, podía variar hasta las 7:00 pm u 8:00 pm si tenía mucho trabajo. Hacía una pausa para comer y reposar. Pero en casa todo se junta, puedo escuchar una entrevista o hablar con una fuente mientras tiendo ropa que lavé. Se mezclan los quehaceres del hogar con las tareas laborales. Me ha costado mucho poner límites”, cuenta al OVFN.
Por su parte Nereida Pacheco, directora de ULA TV y locutora del programa radial Estrenando el día, que se transmite por ULA FM, tuvo que aprender a grabar desde casa y a pedirle a sus entrevistados que enviaran por notas de voz de WhatsApp las respuestas a las preguntas que ella previamente les enviaba por la misma vía. Este cuestionario incluía recomendaciones para grabar los audios de la forma más óptima posible, para evitar ruidos de fondo, sonidos de la respiración, entre otros.
Sin embargo, a pesar de las dificultades el teletrabajo también ha significado una oportunidad de optimizar las labores en equipo. Liza López, directora del medio digital de periodismo narrativo Historias que Laten, cuenta que el rendimiento de su equipo aumentó durante el confinamiento e incluso lograron ampliar la cobertura geográfica de sus programas de formación periodística, como es el caso del diplomado nuevas narrativas multimedia, cuya primera edición virtual se inició durante la cuarentena y contó con la participación de futuros cronistas que residen en el interior del país o en el exterior.
“El teletrabajo para nosotros significó aumentar la producción de historias porque sentíamos la necesidad de contar más cosas. Cada uno desde su casa tenía como más ideas para contar y comenzamos a producir más contenidos, entonces nos inventamos series como Historias de cuarentena. Antes nosotros teníamos un ritmo de dos, máximo tres publicaciones por semana, y después estábamos publicando prácticamente todos los días, historias mínimas sobre la pandemia”, relata López
Referencias
-Sobral, L. (2020). Periodistas se reinventaron en medio de la pandemia. Diario La Nación. 18 de mayo. [Documento en línea]. Disponible en: https://lanacionweb.com/reportajes-y-especiales/periodistas-se-reinventaron-en-medio-de-la-pandemia/