En los entornos digitales, la privacidad puede definirse como el control que tienen los usuarios sobre qué parte de su información personal comparten en internet y con quiénes. “La privacidad es un derecho importante y un facilitador fundamental de la autonomía personal, la dignidad y la libertad de expresión. Aunque no existe una definición de privacidad universalmente aceptada, en el contexto de Internet en general se conviene que la privacidad es el derecho de determinar cuándo, cómo y en qué medida los datos personales pueden ser compartidos con terceros”, dice un informe de la Internet Society.
A comienzos de este 2021 la aplicación líder mundial de mensajería instantánea, WhatsApp, notificó a sus usuarios que a partir del 8 de febrero cambiaría su política de privacidad. Como explicamos en un artículo, el principal cambio que hará esta compañía es que compartirá con Facebook -red social que pertenece al mismo conglomerado propietario de WhatsApp e Instagram- algunos metadatos de sus usuarios no residentes en Europa, donde rige el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD, o GDPR, por sus siglas en inglés).
El anuncio causó revuelo y hasta indignación en miles de sus usuarios, muchos de los cuales rápidamente empezaron a descargar otras aplicaciones que cumplen funciones similares a WhatsApp, como Telegram y Signal. En consecuencia, la compañía pospuso la fecha de cambio para el próximo 15 de mayo y emitió una aclaratoria, en la que resaltaba, principalmente, que su código de cifrado de extremo a extremo garantiza que solo el emisor y el receptor de un mensaje puede ver su contenido.
¿Realmente queremos privacidad en internet?
“Existe una amenaza mayor que la pérdida de privacidad: la pérdida de visibilidad. En nuestra sociedad hiperconectada, muchos de nosotros solo queremos que nos vean”, decía Umberto Eco en 2014, el semiólogo de la comunicación, fallecido en 2016.
En el artículo de Eco, cuyo título fue traducido al español como Dando a cambio nuestra privacidad, el semiólogo italiano cita a Zygmunt Bauman, uno de los sociólogos más influyentes de la postmodernidad, o “modernidad líquida”, como él mismo llamó. No sabemos si Bauman, fallecido en 2017, llegó a utilizar WhatsApp o a tener una cuenta en Facebook (lo más probable es que no), pero sí escribió sus reflexiones acerca de “cómo los medios sociales, como instrumentos para llevar un registro de los pensamientos y emociones de la gente, pueden ser controlados por diversos poderes interesados en vigilancia electrónica”, recuerda Eco.
Pero la preocupación más importante del sociólogo polaco, era la “entusiasta participación” en la violación de la privacidad de las propias personas “violadas” por conglomerados mediáticos, en alianza con otros poderosos (no solo de la economía, sino de la política e incluso las religiones). La necesidad de “existir” en internet ha convertido la vida privada en pública, por decisión propia de sus participantes.
A fin de cuentas, y a propósito de la indignación causada por los cambios en la política de privacidad de WhatsApp, conviene preguntarse si realmente queremos mantener en privado nuestra vida, incluidos nuestros pensamientos y emociones, o si es mayor la tentación de tener más seguidores, más vistas y más “likes”, en definitiva, más reconocimiento en la realidad virtual de los internautas.
Referencias
-Eco, U. (2014). Dando a cambio nuestra privacidad. Infobae. 11 de julio. [Documento en línea]. Disponible en: https://opinion.infobae.com/umberto-eco/2014/07/11/dando-a-cambio-nuestra-privacidad/index.html
-(2017). Introducción a la privacidad en Internet. Internet Society. [Documento en línea]. Disponible en: https://www.internetsociety.org/wp-content/uploads/2017/09/ISOC-PolicyBrief-Privacy-20151030-es.pdf
-Rodríguez, M. (2021). WhatsApp: privacidad, términos y condiciones de uso. Observatorio Venezolano de Fake News (OVFN). Enero. [Documento en línea]. Disponible en: https://fakenews.cotejo.info/en-profundidad/whatsapp-privacidad-terminos-y-condiciones-de-uso/