En otra edición de este boletín nos ocupamos de explicar las incidencias sociales, incluso políticas y económicas, que ha conllevado asignarle nacionalidad a un virus o a una enfermedad. Como señala el director de la Fundación para el Español Urgente (Fundéu), Javier Lascuráin, las palabras son fundamentales cuando se trata de luchar contra el miedo que genera nada menos que una pandemia como la que vivimos hoy a causa del COVID-19, causada por el nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2.
Cuando queremos conocer la definición de una palabra acudimos a un diccionario. Allí aparecen las distintas acepciones que tiene un término e incluso su raíz etimológica. Pero los diccionarios no incluyen las connotaciones que tienen las palabras, es decir, los significados de tipo expresivo o apelativo de estas. Tampoco contienen los significados simbólicos de las palabras, tarea imposible dada la imposibilidad de cuantificarlos. Sin embargo, todos cuando nos comunicamos lo hacemos de forma intencional, y en ocasiones esa intención busca producir emociones en nuestro interlocutor.
Existen intenciones positivas o negativas, pero en la comunicación también reinan las malas interpretaciones y los malos entendidos producto del significado simbólico que tienen las palabras y que en ocasiones pesa mucho más que sus definiciones lingüísticas.
Más allá de las particularidades de cada persona y de las realidades específicas de cada país, las estadísticas globales indican que vivimos en la época de menor violencia en la historia de la humanidad, la esperanza de vida ha aumentado, la cantidad de personas con acceso a la educación es cada vez mayor y, en general, el mundo es hoy más democrático. Entonces, ¿por qué existe la sensación (incluso hasta convicción) de que estamos peor que antes y de que cada día continuaremos empeorando?
Retornados e… ¿infectados?
La pandemia por COVID-19 ha causado el retorno de miles de venezolanos que habían emigrado a otros países de la región. Todos estos retornados -término válido para calificarlos- han sido sometidos a procesos de “desinfección” y a cumplir cuarentena preventiva en albergues antes de poder regresar a sus lugares de origen. Imágenes y videos muestran cómo estos retornados son rociados con soluciones desinfectantes antes de cruzar la frontera a Venezuela. Ahora bien, ¿son correctos los términos infección y desinfección en estos casos? Depende.
Una persona infectada es alguien que ha sido “invadido por microorganismos patógenos” (DLE, 2020). Desinfectar, por su parte, es “quitar a algo la infección o la propiedad de causarla, destruyendo los gérmenes nocivos o evitando su desarrollo” (DLE, 2020). Por tanto, una persona que ha sido diagnosticada con la enfermedad COVID-19 está infectada por el nuevo coronavirus, mientras que rociar soluciones desinfectantes sobre personas o espacios sirve para destruir la presencia del virus incluso antes de que logre infectar a un ser vivo.
¿Y qué pasa con “infectado” y “contagiado”? ¿Son sinónimos? Sí, lo son, aunque el significado simbólico que tiene la palabra “infección” para algunas personas haga pensar que no. Pasa que infectado “suena” despectivo quizá porque la segunda acepción de “infectar” en el Diccionario de la Lengua Española es “corromper con malas doctrinas o malos ejemplos” (DLE, 2020). Sin embargo, decir que alguien está infectado por coronavirus o contagiado de coronavirus es correcto en ambos casos.
El Observatorio Venezolano de Fake News (OVFN) recomienda consultar el especial Coronavirus, claves de escritura creado y actualizado constantemente por Fundéu para despejar dudas y conocer cuáles son los usos y las palabras correctas para referirse a lo relacionado con esta pandemia.
Referencias
Lascuráin, J. (2020). Los virus, el miedo y las palabras. (27 de febrero). Fundación del Español Urgente. [Documento en línea]. Disponible en: https://www.fundeu.es/blog/los-virus-el-miedo-y-las-palabras/
Diccionario de la Lengua Española. Real Academia Española. Disponible en: https://dle.rae.es/