En el Observatorio Venezolano de Fake News nos ocupamos de conocer quiénes están detrás de la creación y difusión de las informaciones falseadas, cuyas intencionalidades también se clasifican dentro de los mismos objetivos: económico o ideológico.
En primer lugar, es necesario distinguir entre creadores y difusores de fake news. Los primeros suelen ser personas dedicadas al oficio de construir contenidos falseados para obtener ganancias económicas. En muchas ocasiones, estos creadores son pagados por poderosos interesados en influir en la opinión pública por razones políticas, económicas o de cualquier otra índole ideológica. Incluso existen agencias de noticias falsas.
El Centro Internacional para Periodistas (ICFJ, por sus siglas en inglés) incluyó en un documento educativo algunos grandes creadores de noticias falseadas, entre ellos los ejecutivos de Cambridge Analítica, una compañía especializada en perfiles psicológicos y mensajes políticos micro-dirigidos. Cambridge Analítica tuvo que cerrar luego de que se descubriera que había utilizado datos de millones de usuarios de Facebook para dirigir propaganda y desinformación a grupos específicos de votantes en el período previo a las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016. Steve Bannon, quien era su vicepresidente, dirigió la campaña electoral de Donald Trump.
Otro de los grandes creadores de noticias falsas que cita el ICFJ es Andrés Sepúlveda, un hacker colombiano que fue contratado para influir en las más recientes elecciones presidenciales de México, Nicaragua, Panamá, Honduras, El Salvador, Colombia, Costa Rica, Guatemala y Venezuela. Entre otras estrategias, Sepúlveda y su equipo de hackers “manipularon las redes sociales para crear falsas oleadas de entusiasmo y burla”.
Una vez que se ha creado una información falseada, su difusión y alcance deben ser lo más exitosos posibles. Así como la creación de fake news es un negocio que funciona a gran escala como una empresa, la difusión de las mismas también opera de forma masiva a través de “ejércitos” o “granjas” de trolls y programas de bots. Los primeros son usuarios reales cuyo objetivo principal es iniciar intencionalmente un conflicto que genere un foco de interés en las redes. Los bots, por su parte, son cuentas automatizadas de redes sociales, administradas por un algoritmo y no por una persona real. En estas publicaciones del ICFJ y Chequeado hay definiciones más amplias sobre estos difusores a gran escala de fake news.
Otra estrategia utilizada para ampliar la difusión de una noticia falsa es buscar la legitimidad de una persona con gran cantidad de seguidores en sus redes, bien sea por su reconocimiento profesional en un área de conocimiento, por su talento o por sus acciones filantrópicas. Sin quererlo, muchas veces usuarios reales y con prestigio entre sus seguidores -llamados influencers- terminan convirtiéndose en emisores de fake news al retuitear o repostear una información que consideran real sin confirmar su veracidad.
El Observatorio Venezolano de Fake News ha identificado algunos tipos de emisores de noticias falseadas, tenemos los usuarios creados para la ocasión y otro tipo de usuarios son aquellos que podemos denominar usurpadores de identidad (personal, institucional, empresarial o de un medio de comunicación) o usurpadores de imagen o diseño. Por supuesto, también son emisores de bulos algunos usuarios reales por malicia o inocencia. En algunos casos el OVFN no ha podido determinar el usuario y en esos casos los calificamos como no identificables.
Referencias
Posetti, J. y Matthews, A. (2018). Una breve guía de la historia de las ‘noticias falsas’ y la desinformación. International Center For Journalists (ICFJ). [Documento en línea]. Disponible en: https://www.icfj.org/sites/default/files/2019-06/HistoryPropaganda_Espanol2_final_5.pdf