La cruzada infundada contra la vacunas tiene rostro: el científico Mike Yeadon

FOTO CORTESÍA: CAMBIO 16

La difusión de informaciones que buscan desprestigiar la efectividad y reputación de las vacunas contra la COVID-19 y de sus fabricantes se ha hecho frecuente en las redes sociales. Lo curioso es que, últimamente, esas ideas cuentan con el respaldo de un científico que gozaba de buena valoración entre sus colegas e, incluso, respaldaba la inmunización contra el nuevo coronavirus. 

Michael Yeadon, exdirector de una división científica de la farmacéutica Pfizer, se ha convertido en el nuevo rostro de la comunidad “antivacuna”. Su entrevista reciente con el portal estadounidense Life Site News, en la que afirma que “ya es demasiado tarde para salvar a cualquier persona que haya sido inyectada con cualquier vacuna contra el COVID-19”, circula con frecuencia en grupos de WhatsApp, mensajes de Facebook y otros medios digitales de Venezuela.

La publicación lo presenta como el “exjefe científico de Pfizer”. Primer error. Yeadon no ocupó el cargo que se le atribuye, pero sí ejerció como jefe de una división científica de la empresa mencionada en el Reino Unido, de acuerdo con una verificación de datos que realizó en octubre de 2020 la agencia Associated Press. Por esas fechas, el especialista pretendía desmeritar en un artículo los objetivos de las vacunas al afirmar que la pandemia había terminado. 

El portal informativo Cambio16 también corroboró que Yeadon sí es un investigador británico que ha criticado en meses recientes los procesos de vacunación, a pesar de que durante la primera etapa de la pandemia, a principios del año pasado, respaldaba la aprobación y distribución masiva de vacunas para prevenir la COVID-19 en todo el mundo.

Lo que dijo y lo que no dijo

En la entrevista publicada por Life Site News, Yeadon llama a quienes aún no han sido inyectados con el compuesto mortal a que “luchen por la continuidad de los seres humanos y por la vida de sus hijos”. Luego, el inmunólogo, “mundialmente aclamado”, según la publicación, detalla el proceso que, según él, matará a “la gran mayoría de las personas que ahora están vivas”.

De acuerdo con las teorías comentadas en la cadena de redes sociales, inmediatamente después de recibir la primera inyección, alrededor del 0,8% de las personas “mueren en dos semanas” y los supervivientes tienen una esperanza de vida de dos años de media. Pero, como colofón, la entrevista original ni siquiera incluye tales afirmaciones atribuidas al científico.

Yeadon llega a afirmar, eso sí, que el objetivo de las vacunas se circunscribe a un evento de “despoblación masiva”. “Miles de millones ya están condenados a una muerte segura, inmutable y agonizante”, es otra de sus declaraciones alarmistas y carentes de evidencias científicas.

Los argumentos rivalizan científicamente con las teorías comprobadas y difundidas por la Organización Mundial de la Salud y los laboratorios que en diversos países de Europa, Asia y América promueven la inmunización.

Yeadon ganó notoriedad en el primer año de la pandemia cuando aseguró que la enfermedad de la COVID-19 había terminado, afirmaciones que AP también descartó como ciertas. Entonces, al científico lo identificaban falsamente como “vicepresidente del laboratorio” Pfizer. 

La cara de los “antivacunas”

Un reportaje de Reuters, publicado en marzo pasado, identificó a Yeadon como un científico “semirretirado” de Gran Bretaña que fue coautor de la viral petición a los reguladores farmacéuticos de Europa de detener todos los exámenes clínicos para las vacunas contra la COVID-19.

Según el texto, Yeadon y sus colaboradores “especularon, sin proveer evidencia, que las vacunas podrían causar infertilidad a las mujeres”. Lo divulgó en diciembre, semanas antes de que la Unión Europea aprobara su primera vacuna contra el nuevo coronavirus, desarrollada justamente por Pfizer.

“Pero el daño ya estaba hecho”, cuenta Reuters, que detalla cómo las redes sociales difundieron rápidamente las “afirmaciones exageradas” de Yeadon.

Esas peticiones, remarca la agencia periodística, gozaron de credibilidad pues tras ellas estaba el científico británico, de 60 años, que pasó 16 de ellos trabajando como investigador de alergías para Pfizer. Precisa el reportaje que, luego de trabajar con esa compañía, Yeadon cofundó una firma de biotecnología que la empresa farmacéutica Novartis compró por 325 millones de dólares.

“Estas declaraciones son falsas, peligrosas y profundamente irresponsables”, dijo a Reuters un vocero del Departamento británico de Cuidados Sociales y de Salud, a propósito de las teorías compartidas por el científico europeo.

Yeadon, desde entonces, está al frente de una cruzada contra las al menos ocho vacunas anti COVID-19 que ha aprobado la Organización Mundial de la Salud, como la Pfizer, la Sputnik V, la Johnson & Johnson’s o la Astrazeneca.

Esas tesis de la llamada “comunidad antivacuna” suelen manipular a gran escala. Un estudio sobre los datos del Sistema de Notificación de Eventos Adversos de Vacunas, por ejemplo, concluyó que estas cifras se leyeron y compartieron “de forma sesgada” en redes sociales para hacer creer -falsamente- que las muertes por vacunas contra la COVID-19 en 2021 superan el total de fallecidos por otras vacunas en Estados Unidos en los últimos 10 años.

Esas aseveraciones contra los productos de inmunización se compartieron más de 10.000 veces en abril en Facebook, Twitter, Instagram y Reddit. Esos titulares, sesgados y mentirosos, registraron 18.000 interacciones en Internet. 

Según organismos reguladores, como la OMS, las vacunas que tanto ataca Yeadon son lo suficientemente útiles para prevenir contagios o, en el peor de los casos, evitar muertes por COVID-19, si bien no han alcanzado una efectividad de 100%. Así, el del científico británico es un nado a contracorriente, pero uno de amplias brazadas, que termina cumpliendo su rol desinformador.

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