El pasado 8 de mayo la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela publicó un informe titulado Estado actual de la epidemia de la COVID-19 en Venezuela y sus posibles trayectorias bajo varios escenarios. El estudio, por cuyo contenido los académicos recibieron amenazas por parte de Diosdado Cabello, es un informe técnico elaborado por expertos con base en modelos epidemiológicos probabilísticos y estadísticos.

La referida Academia intentó responder a tres preguntas fundamentales para desarrollar sus análisis y proyecciones: 1) ¿Cuánta información hay y qué tan precisa es?; 2) Sobre la base de la información disponible, ¿podemos aproximar el número real de personas contagiadas hasta el momento?; 3) ¿Cuántas personas podrían infectarse con el virus y cuándo podría ocurrir el pico de la epidemia?
La primera pregunta la respondieron basándose en la cantidad de pruebas de la reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (PCR-RT, por sus siglas en inglés) realizadas hasta el momento en el país. El total correspondía a apenas 213 pruebas por cada 100.000 habitantes y unas 150 diarias hechas en el único laboratorio autorizado para entonces, el del Instituto Nacional de Higiene.
En cuanto a la segunda interrogante, los académicos calcularon que existía un posible subregistro de entre 63% y 95% de los casos sintomáticos hasta el 23 abril. Es decir, de 135 casos confirmados oficialmente hasta ese día, podían haber realmente entre 289 y 883. La causa principal de este desfase, apuntan los autores del informe, es la poca cantidad de pruebas PCR-RT que se realizan en el país.
Finalmente, los científicos proyectaron que el pico más alto de la curva de contagios de COVID-19 en Venezuela estaría entre 1.000 y 4.000 casos por día, entre los meses de junio y septiembre. Las cifras oficiales a la primera mitad de agosto, sin contar los subregistros estadísticos, confirman estas proyecciones.
Más laboratorios, información y trabajo con científicos
“La descentralización del diagnóstico mediante la incorporación de otros laboratorios del país con capacidad instalada para llevar a cabo pruebas de PCR-RT es la manera más rápida de aumentar esta cobertura”, recomendaban los académicos hace ya más de tres meses. Hasta la fecha, solo dos laboratorios en el país están haciendo ese tipo de pruebas.
Así mismo, la Academia resaltaba la importancia de difundir información científica, así como recomendó más recientemente, el pasado 30 de julio, desarrollar una política comunicacional diferenciada por sectores de la población “sobre cómo minimizar el contagio y genere la confianza necesaria para garantizar una respuesta adecuada” de la gente.
Aunque quienes conducen el poder político del país han debido tomar en cuenta el informe de la Academia desde el mismo momento de su publicación y, con base en él, preparar y ampliar la capacidad de respuesta hospitalaria, aún es posible tomar decisiones y ejecutar acciones acertadas si, en lugar de amenazar a los científicos, se trabaja junto a ellos.
Referencias:
Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales. (2020). Estado actual de la epidemia de la COVID-19 en Venezuela y sus posibles trayectorias bajo varios escenarios. 8 de mayo. [Documento en línea]. Disponible haciendo click aquí