Bots, ciborgs y trolls: la fauna de la desinformación

¿Qué es un bot? Un robot. Pero no como R2D2 o C3PO de la Guerra de las Galaxias, sino uno hecho de puro código. Se trata de un robot que tiene una conducta automatizada en Twitter. 

Esta red social permite cierto tipo de conductas automatizadas. Incluso considera que pueden ser un aporte interesante para la plataforma. Lo que no está permitido es la manipulación de la plataforma.

¿Cómo se identifica un bot? Si le preguntas a Twitter te dirá que principalmente por su conducta, no por su contenido. Si le preguntas a los académicos que investigan la desinformación te dirán que también tienen algunas de las siguientes características: usan nombres con números, fotos que no le pertenecen, tuitean por encima del promedio, se pegan a tendencias o retuitean todo el tiempo a las mismas cuentas. Cada herramienta que identifica bots tiene su propia mezcla de éstas y otras características. Es lo que suele llamarse algoritmo.

Pero Twitter considera que estas herramientas dejan por fuera los usos legítimos de la automatización y el anonimato. Las cuentas que guardan hilos de Twitter, las que usas para recordar un tuit, las que te dicen cuanto tembló en un lugar o descargan los videos de un tuit, son también cuentas bot. Y de uso legítimo. 

Por ello la  caracterización que hace Twitter de lo que está prohibido en la plataforma es diferente: 

  • Uso malicioso de la automatización para socavar e interrumpir la conversación pública, tratando de hacer que algo sea tendencia. 
  • Amplificación artificial de conversaciones en Twitter, incluso mediante la creación de cuentas múltiples o sobrepuestas. 
  • Generar, solicitar o comprar interacciones falsas.
  • Twittear, seguir o interactuar con cuentas de manera  masiva o exagerada.
  • Usar hashtags con fines de spam, incluyendo el uso de hashtags no relacionados a un tuit (también conocido como “hashtag cramming“).

Las tendencias venezolanas están plagadas de cuentas que hace mal uso de la plataforma, aunque hay que decirlo no siempre son automatizadas y eso es lo que hace para Twitter más difícil identificarlas . A estas cuentas que no son bots pero tienen muchas de estas características son las que solemos llamar ciborgs, porque un ciborg es como Robocop. En parte humano y en parte máquina. Un día escribe de su vida y al otro se pega a las etiquetas del día que manda alguien.

Hoaxy, una herramienta que usamos con frecuencia en el Observatorio Venezolano de Fake News identifica como bots en ocasiones a activistas sociales y medios de comunicación, porque tuitean mucho, porque se introducen en etiquetas para generar conversación. Así que con frecuencia quienes identificamos usos no legítimos de Twitter, tenemos que ir más allá del semáforo de bots de la herramienta, entrar a las cuentas, ver cómo interactúan y cómo usan los tuits.

Un troll, es un provocador. Una cuenta con alguien detrás que busca generar polémica como una forma de generar tracción, de atraer, de desviar la conversación en las redes o conducirla a sus intereses. Que una cuenta polemice y otras la amplifiquen de manera automatizada o no es también una estrategia. Pero es una que también viola los usos legítimos de Twitter. 

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